Vera, como la llamaban, acabo en campo de refugiados para niños de la resistencia, con su madre en la cárcel, ella y sus hermanas se preguntaban como podía haber cambiado tanto sus vidas.
De joven empezó estudios de arte en Hamburgo y en Florencia, pero rápido se dejó ilusionar por fotógrafos para comenzar su carrera con modelo, aunque los comienzos no fueran tan fáciles ya que no contaba con los cánones de belleza hasta ahora establecidos
Pero su metro ochenta y cinco, su atlética fisionomía y su mirada ausente recuerdo de su inestable infancia hicieron de ella un mito.
Hay un antes y después de Vera ya que a partir de entonces todas las modelos requeridas eran copias de su estética que aún permanece hoy en dia
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